Te regalo una sonrisa
- María Fernanda Martínez Valdepeña
- 22 jun 2021
- 2 Min. de lectura
Escrito por: María M.
Llega el día después de la fiesta.
Después de una noche de fiesta, alcohol y buenos amigos despierto el sábado por la mañana con una resaca terrible. Definitivamente, ya no tengo 18 años, ya no puedo seguir emborrachándome como solía hacerlo.
¿Por qué dormí en el suelo?, me pregunto.
Vaya, estoy acostada en el suelo de mi recámara y a mi lado hay un sujeto no identificado. En mi cama están dos de mis mejores amigas, una parece haber vomitado toda la madrugada. Dos amigos más, también están durmiendo en el suelo.
- Creo que hubo mucho descontrol -, me digo a mí misma.
-Buenos días, querida amiga, ¿cómo te la pasaste?-, escucho una voz aguda entrando.
Es Andy, sin resaca.
Son las 10:34 de la mañana.
La cabeza me está palpitando, necesito tomarme un suero. ¿Por qué tomé tanto alcohol?
- ¿Quién está hablando? Me retumba la cabeza, ¡cállense! -, grita el sujeto no identificado que estaba dormido a mi lado.
Parece que todos nos pasamos de copas; tal vez unos más que otros.
¿Dónde está mi teléfono? Inmediatamente paso mis manos por las bolsas del pantalón. ¡Uff, qué alivio! Aquí está. Tengo miedo de desbloquearlo, tengo miedo de haberle escrito a alguien. ¡No recuerdo muchas cosas!
- Tranquila, María, bloqueé a Jacobo de todas tus redes, llamadas y mensajes -, dice Vale con voz ronca.
- ¡QUÉ! ¿POR QUÉ HICISTE ESO? -, digo molesta y sorprendida.
- Tú me lo pediste, María -, responde cortante.
- ¿En qué momento? -, sigo sorprendida, no puedo creer que pedí eso.
- A ver, María. Estabas borracha, me diste tu teléfono, y me pediste que lo bloqueara de todo, que no querías hablarle. Que lo quieres mucho pero que te lastimó, ¿ya? -.
- Ya...-
Me meto al baño, necesito bañarme.
Sonrío mientras cae el agua en mi cara.
Sonrío pensando en él.



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