La voz del otro lado de la línea. VOL. II
- María Fernanda Martínez Valdepeña
- 10 abr
- 2 Min. de lectura
Por: María Martínez
Hace algunos años escribí sobre una voz que se encontraba del otro lado de la línea. Una voz de una persona que desde el día uno que me di la oportunidad de conocerla, mi vida cambió.
Esa voz es de Javi.
Conocí a Javi en la Ciudad de México por amigos en común. En su momento el y yo tuvimos una atracción mútua que terminó por la distancia y otras cosas más. Yo estaba molesta con el, conmigo, con la vida.
Alguien, no sé quién, tomó la decisión de alejarse del otro. Estuvimos muchos, muchos, muchos meses sin hablar. Sin saber de la vida del otro y un día, estaba yo volviendo de Madrid, España. En cuanto aterricé en México y mi data se activó vi que tenía cuatro mensajes de él, de Javi.
¿Cómo puede escribirme como si nada? Como si todo entre nosotros estuviera bien. ¿Quién se cree? Tenemos meses sin saber de nuestras vidas. Antes sabíamos casi todo y luego fuimos completos desconocidos. ¿Qué le pasa a este imbécil? Fue lo que pensé mientras veía sus mensajes.
Fui débil, y qué bueno. Contesté a cada uno de sus mensajes y posteriormente reclamé todo.
A partir de ese día Javi y yo retomamos nuestra amistad. Vino a la ciudad donde vivo, nos pusimos borrachos y mientras mi novio de ese momento iba por hamburguesas aproveché para decirle (borracha) que yo lo quería mucho, que me había dolido mucho que no hubiera funcionado algo más entre nosotros. Su respuesta fue:
Mi papá me dijo que era un imbécil por haberte dejado ir.
No dijimos más.
Pasaron los meses, la comunicación se mantenía como podía. Tuvo novia, yo corté con mi novio. Dejámos de hablar, retomamos la conversación por mensajes y por llamadas.
Un sábado fui por unos gin tonics a mi bar favorito y le escribí. Le dije que era mi mejor amigo. A lo que el me dijo que no tenía idea de cuánto se arrepentía de haberse distanciado de mi (ahora sabemos de quién fue la culpa).
Más tarde y con un poco de resaca vi mi celular. Tenía dos llamadas perdidas de el a las tres de la mañana.
Javi y yo tenemos una amistad compleja, genuina y bonita. Hay amor, hay apoyo, hay sinceridad, hay buenas y malos momentos.
Javi, eres el amigo más lindo de mi vida. Qué bueno fue no haber funcionado como pareja, la vida nos tenía destinado ser amigos, buenos amigos, confidentes.
Eres esa voz del otro lado de la línea que meda tranquilidad en momentos de caos.
Mafi.
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