Días de Ansia.

María Martínez.

Hoy es viernes por la mañana, decidí venir a trabajar a la casa de mi gran amigo Víctor.

No hay tráfico durante mi trayecto, solo soy yo, unos cuantos autos a mi al rededor y mi café americano, que sin darle el primer sorbo, con solo olerlo puedo despertar.

Llegó al departamento, me bajó del carro con una maleta, mi mochila del trabajo y mi bolsa de mano. Demasiadas cosas para los dos días que estaré aquí.

Víctor no me abre la puerta, seguramente sigue dormido.

Llamó a César, su hommate.

Me abre.

Entro al departamento y lo abrazo. Abrazo a César y sin pensarlo comienzo a llorar como una niña de cinco años.

De todo lo que va del año, los últimos cuatro días han sido días llenos de ansia, solo pienso en llorar, en las malas decisiones que he tomado. En lo vulnerable que me siento pero no permito que nadie me vea así, no lo permito o permitía hasta hoy, que es viernes por la mañana.

Víctor aparece en la sala, donde estoy yo.

Tienes derecho a sentirte así, pero debes aprender a poner límites, no puedes seguir así, no puedes seguir haciéndote esto a ti, no es justo.- dijo.

Algo que valoro mucho de mi amistad con él es que tenemos la confianza de poder decirnos las verdades sin temor a que el otro se ofenda. Y en esta ocasión, decidí no debatir porque tenía toda la razón.

Hoy es viernes, son las 10:23 de la mañana.

Ya dejé de llorar.

Llevo dos tazas de café y un tabaco.

Crecer no es camino lineal, ojalá lo fuera.

Fueron cuatro días malos, no una vida mala.

Repaso todo aquello que me ha afectado:

• Dejé mi rutina diaria por aceptar una visita.

• Le comenté a alguien sobre mis cumpleaños 25 y ahora no sé cómo decirle que no quiero que vaya porque es un momento íntimo.

• La visita que está en mi casa me genera conflicto, no me gusta que una persona con problemas de alcohol esté cerca de mí.

• Pienso en no ser un clavo en la vida de él.

Extraño a mis papás. Muchas situaciones para una persona de solo 24 años. Solo son unos días malos, lo mejor ya está más cerca. Una nota a Ro: yo sí quiero que tú vayas a mi cumpleaños. Una nota a la Maf del futuro: esto va a pasar, te lo prometo.