Crónica de una infante viendo el atardecer
- María Fernanda Martínez Valdepeña
- 31 ago 2022
- 1 Min. de lectura
Por: Marufa.
Es sábado por la tarde, por ahí del año 2002.
Me llevas a la playa a comer pescado a la plancha con papas fritas y varios cocos bien fríos.
Caminamos juntas por la arena, me llevas a mojarme los piecitos a la orilla del mar.
Disfrutamos de la brisa del mar y de la tarde.
El atardecer se está aproximando y tú, mamá, te acercas a mí, una niña de solo 5 años.
"Ya casi es la puesta del sol, no olvides pedir un deseo", me dices.
Camino unos metros lejos de ella para sentarme en la arena y contemplar aquella maravilla que sol nos regala día con día.
"Hola, Sol, espero que estés muy bien. Quisiera pedirte un deseo; quiero aprender a leer y escribir porque todavía no sé. ¿Me puedes ayudar?", pido.
Este deseo lo pedí en muchas ocasiones hasta que por fin se cumplió. Aprendí a leer y a escribir.
Gracias, mamá, por enseñarme a soñar y a creer en mí.
Gracias, mamá, por haberme llevado a clases para aprender a leer y escribir.
Gracias, Sol.
Hoy ya, unos 20 años después, ya no puedo ir a la playa tan seguido a ver la puesta del sol como cuando vivíamos juntas, mamá, pero este recuerdo siempre lo llevaré en mi corazón.
Te amo.
Con amor,
Marufa.
Comments