Amar como la primera vez

Por: María Martínez

Aún recuerdo a la primera persona que me hizo sentir caballos cabalgando en el corazón, recorridos eléctricos cuando me saludaba y me daba un beso en la mejilla. Aún recuerdo cómo contaba las horas y minutos cuando íbamos a tener un cita.

Tenía 16 años, él había sido mi primer beso, mi primer cosquilleo, mi primer amor.

Llena de ilusiones, pensaba que él era el amor de mi vida, la persona con quien estaría hasta que fuera viejita. Era quien nunca me rompería el corazón, quien me iba a amar tanto como yo a él. Era con quien construiría una vida, un hogar, una familia.

Fue un diciembre del 2014 cuando el me prometió la mejor boda del mundo, con flores por doquier, en un jardín lleno de luces, con un vestido de princesa, con todo lo que yo, a mis 16 años, había soñado.

Ilusa.

No podría amar como amé a él, porque el fue la primera vez, la primera ilusión y también la primera desilusión. Fue con quien me hizo creer que sí, que solo se podía a amar alguien una vez y que si amaba después, nunca sería como la primera vez, nunca sería como con él.

De nuevo, ilusa.

He amado un par de veces más, ninguna se ha parecido, siempre es más y mejor, con más consciencia de mí y mi persona.